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El accidente de la Central Nuclear de Nogales, que tuvo lugar el 27 de abril del 2014, provocó cientos de muertos. Las primeras víctimas del accidente fueron consecuencia directa de la explosión del reactor, mientras otras fueron por los efectos de la radiación.

Las autopsias de las primeras víctimas fueron realizadas en los días siguientes al accidente. Debido a las prisas y al mal estado de los cadáveres, los resultados de las autopsias no fueron concluyentes. No obstante, no se informó de las dificultades en los informes correspondientes, haciendo creer a las familias que los cadáveres estaban identificados de forma correcta. Los cuerpos de las primeras víctimas de la catástrofe fueron enterrados en ataúdes de plomo bajo varias capas de hormigón.

Tres años después del accidente, se filtra un informe del Ministerio que hace referencia a los errores en las primeras autopsias. Antes de que la prensa lo publique, el Delegado Ferreras le enseña el informe filtrado a Esther, ya que le afecta directamente, debido a la muerte de su hermano en el accidente. Ferreras advierte a Esther del daño que puede hacer esa filtración a su familia, llegando a decirle que entendería si tuviera que dimitir por conflictos personales, ya que se prevé que los familiares de las víctimas mal identificadas quieran llevar a cabo acciones legales al respecto.

Esther decide acudir a ver Héctor (su padre) para contárselo antes de que se publique. Héctor queda destrozado y le pregunta si Marta (la madre de Esther) sabe algo. Ella dice que no. Al final del capítulo vemos a Héctor tratando de hablar con Marta cuando la noticia ya ha sido publicada. El Inspector le dice que su intención era contárselo antes de que saliera a la luz, pero ella no le deja explicarse.

En ese momento, Julia está en el hospital y lee la noticia en El Periódico Digital. En ella se hace referencia a las autopsias de los cincuenta de Nogales (los primeros que entraron tras la explosión) y de los errores en sus pruebas de ADN. Señala que hay cuerpos que no se han reconocido correctamente y que, incluso, el número de códigos de ADN cotejados no se corresponde con el número de víctimas.

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